Me hago daño porque hay un odio implícito en cada cosa que hago,
porque al igual que aborrezco a los otros no me soporto a mí mismo
Me hago daño porque quiero un estigma que me diferencie y separe del resto,
porque quiero un abismo entre mi debilidad y el fracaso
Me hago daño porque busco un castigo a mi cuerpo,
porque al sufrir gozo, y entre lo uno y lo otro no sé distinguir cual me place más
Me hago daño porque aplazo la vida y nunca me atrevo a mirarla de frente
Me hago daño porque tengo nostalgia de un todo al que he renunciado desde siempre
Me hago daño porque sólo así puedo cuidar con esmero lo que queda de mí.
Gustav Klimt, Judith, óleo sobre lienzo
1 comentario:
“A man with a deep, genetically influenced susceptibility to depression cannot expect ever to be free of depressive episodes, yet he can learn to react to them with self-acceptance rather than self-hatred, to substitute appropriate medication for either substance abuse or self-denying bravado, and to tell those who love him what he is going through rather than lapsing into inarticulate, exasperating withdrawal. These are not trivial accomplishments, as anyone with a depressive history can attest”
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