domingo, 27 de diciembre de 2009

Me gustan los libros y los penes

Era la hora del amuerzo y alguién comentó que un tal Julián Denegri se había suicidado colgándose de un árbol. Una semana antes (también a la hora del almuerzo), el mismo tipo había bromeado al respecto con su familia. Su esposa, una mujer descreída, le dijo irónicamente: "eso lo hacen los valientes".

Por la noche, busqué algunos libros que me alegraran la vida. Fue casi una suplencia. Luego di un paseo por las calles aledañas a mi casa, me topé con el cuerpo de diversos hombres. Su erotismo me hizo desfallecer. Ya no creí tanto en las letras.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Veintiocho muchachos se bañan en la orilla,
veintiocho muchachos y todos tan amigables;
veintiocho años de vida de mujer y tan solitaria.

Ella es dueña de la linda casa que se levanta al pie del acantilado
ella se oculta vestida con lindas y finas ropas
detrás de las celosías de la ventana.

¿Cuál de los muchachos le gusta más?
Hasta el menos agraciado le parece hermoso

¿A dónde va, señora? porque la estoy viendo,
usted chapotea allí en el agua, aún sin moverse de su cuarto.

Bailando y riendo a lo largo de la playa llegó la vigésimo novena bañista,
los demás no la vieron, pero ella los vio y los
amó a todos

Las barbas de los jóvenes brillaban con el agua
escurriéndose por sus largos cabellos,
pequeñas corrientes recorrían sus cuerpos.

Una mano invisible también recorrió sus cuerpos,
descendió temblorosamente por sus sienes y sus torsos.

Los muchachos flotan de espaldas, sus vientres blancos asoman bajo el sol,
ellos no se preguntan quién los estrecha apretándolos,

ellos no saben quién jadea y se inclina
suspendida y encorvada como un arco,
ellos no imaginan a quién salpican con la espuma.


Walt Whitman. 11. Canto de mí mismo.


viernes, 4 de diciembre de 2009

*
Alguna vez dijiste
(ante mi torpeza al hablar)
que no fuese que no me entendieras
sino que de seguro tenía muchas cosas en la cabeza
y por eso salían atropelladamente

Eso me alivio tanto…


De mucho pensar, no tengo boca