viernes, 29 de agosto de 2008

Con respecto a la elección de objeto

Ninguna elección es gratuita
Siempre hay algo que se repite o se re actualiza
En mi caso es una cuestión más obscena

Yo elijo hombres con caracteres físicos muy parecidos a los de mis figuras parentales
La cosa no es consciente, obviamente, pero tiene ciertos patrones que son bastante notorios.
En primer lugar: La edad, que siempre apunta a los rangos de adulto intermedio de entre 40 y 50 años. No niego que también se han dado otros casos, con gente de mi edad e incluso menor, pero ha sido una cosa aislada, más sexual y menos “sublime”. Lo curioso de los “hombres maduros” es que hay algo en su físico que me atrae, tal vez la forma que adquiere su cuerpo, los primeros rasgos de vejez en su rostro, su tipo de voz y hasta su forma de vestir, que extrañamente empata más con el tipo burócrata o formal de gustos conservadores.

Luego está el vello corporal, que en ningún sentido es exclusivo, pero que ejerce una influencia preponderante para la atracción física. No entiendo muy bien de donde viene este gusto por los hombres velludos, pero a manera de hipótesis (que surgen cuando no tengo en nada mejor que pensar) tengo el recuerdo de una revista porno de inicio de los noventa. Allí un hombre de mucho vello en el pecho generó en mí las más osadas fantasías a partir de la sola exposición de su torso desnudo. Y como todo recuerdo tiene otro seguido a manera de retroacción, pues, da la casualidad que tengo un tío con mucho vello en el pecho, al que alguna vez vi desnudo, generando una especie de incógnita en mi mente infantil. Probablemente haya sido un evento traumático porque fue un encuentro con lo sexual, y en ese sentido fue un mal encuentro ya que no lo pude significar; sin embargo, ayudó en la definición de mis gustos físicos y tal vez en mi atracción por los que son hombres como yo.

Otra cosa cautivante, a pesar de no ser socialmente valorada, es la falta de cabello. Un hombre velludo y de poco cabello me resulta en algunos casos muy atractivo y siempre lo considero como sexualmente vigoroso, jaja. Esto creo que tiene relación con modelos más actuales de tipo israelí o portugués, además de otras de mis figuras parentales.

Vaya guión el mío.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Entonces tendrías que conocer a Ricardo Morán. Morirías.

tácito dijo...

"Nadie diga que ha sido feliz hasta el momento de su muerte"

Giancarlo Cornejo Salinas dijo...

Hola. Este post es muy bueno.
Con Gonzalo portocarrero conversando una vez discutiamos de como la cultura heteronormativa suprimía las memorias de homoerotismo, y negaba infancias no heterosexuales. Lo lindo de tu post es que seas capaz de crear una narrativa de los hombres que marcaron tu deseo. Eso es bello!

Anónimo dijo...

Hola, sólo pasaba por acá... al principio pensé que eras una niña con fijación infantil ligada a la protección paterna, después me di cuenta que eres un "hombre", mi insight es que fuiste un niñito identificado con su padre que hasta ahora no a logrado salir de tal identificación... o quizás no aceptaste, como niño que eras, de que no todos tienen pene (universalidad del pene) y que tu madre tampoco lo tenía y ahora buscas a una "mujer con pene" sin poder superar la castración...

tácito dijo...

Jua Jua Jua! Por Dior!! Pasa que cuando ciertas teorías se llevan al vulgo, son (brutalmente) simplificadas

Cuchío dijo...

Es la misma Dra. Cachetada